Las termitas son insectos muy particulares que no siempre es fácil distinguir por el público en general. Los insectos más parecidos a simple vista son las hormigas. Cuando las termitas están en su fase alada son negras en vez de su color blanco amarillento habitual. En realidad, son insectos que no están emparentados en absoluto. El resto de los insectos como los piojos de los libros, etc. no son tan parecidos en aspecto y tamaño cuando se los observa con un poco de atención.
A continuación ofrecemos información útil para saber si el insecto que ha visto es una hormiga o una termita, puede despejar dudas con estos sencillos consejos.
Aunque se parecen y se pueden confundir, ni siquiera están biológicamente emparentados de manera cercana, son dos tipos diferentes de insectos. Es más, las termitas han sido emparentadas recientemente como especies más cercanas a las cucarachas, pertenecientes al mismo suborden.
Cada insecto tiene sus propias características, produce daños de distinto tipo e intensidad y debe ser combatido con métodos de control de plagas distintos.
Lo habitual es que veas a menudo hormigas merodeando en busca de alimento, o peor aún, alimentándose ya de productos que encuentra en tu hogar. Las termitas son más difíciles de ver, se esconden en el interior de la madera y rara vez salen si no las descubres examinando la madera. En dos ocasiones su presencia es evidente, cuando construyen unos finos tubos como cordones de barro pegados a la pared o colgados para trasladarse de un lugar a otro cuando no pueden atravesarlo por el interior, y cuando alcanzan su fase alada y salen al exterior para aparearse y colonizar nuevos espacios. Es ahí cuando normalmente son vistas y pueden ser confundidas con las hormigas porque básicamente son insectos parecidos a los ojos de no profesionales.
Lo fundamental es que si son hormigas el problema es menor, molesto, pero no urgente. Si son termitas necesitará llamar urgentemente a un profesional que evalúe el problema y haga un correcto diagnóstico para dar una solución a medida. Las termitas son insectos discretos, precisan un grado de humedad que no se consigue en el exterior de la madera y por eso permanecen ocultas. El problema es que son muchas, actúan de forma coordinada y pueden llegar a ser voraces en comparación con otros insectos xilófagos (que se alimentan de la madera) lo que pone en peligro incluso la solidez de un edificio con estructura de madera. Eso no ocurre con las hormigas ni con otros xilófagos, salvo que se trate de un ataque muy prolongado e intenso, lo que es menos común.
![Termitas aladas](https://plagasbajocontrol.es/wp-content/uploads/2024/06/termitas-aladas.png-300x300.webp)
Termitas aladas
![Termitas comunes](https://plagasbajocontrol.es/wp-content/uploads/2024/06/termitas-comunes-705x705.jpeg-300x300.webp)
Termitas comunes
![Hormigas comunes](https://plagasbajocontrol.es/wp-content/uploads/2024/06/hormigas-300x300.webp)
Hormigas comunes
Estas son diferencias prácticas:
• Las termitas tienen antenas rectas, mientras que las hormigas tienen antenas dobladas (acodadas).
• Las termitas tienen el cuerpo recto y ancho, mientras que el cuerpo de las hormigas se estrecha a modo de cintura marcando partes diferenciadas.
• Los daños en la madera indican la presencia de termitas. Las hormigas no suelen dañar la madera de nuestros edificios y sí se ven atraídas por restos de comida y en esa actividad las vemos normalmente. Además, las termitas consumen otras sustancias ricas en celulosa como el papel y estos daños los diferencian de las hormigas.
• Las hormigas viven unos pocos meses, mientras que las termitas pueden vivir un par de años.
• El ciclo vital de una hormiga consta de cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto. Aunque las hormigas reinas pueden vivir durante años, la típica hormiga obrera suele vivir solo unos meses. El ciclo vital de las termitas, sin embargo, es mucho más largo, con más castas y etapas. Las termitas reina pueden vivir durante décadas.
• Las termitas aladas tienen cuatro alas de igual longitud y bastante más largas que su cuerpo (se caen con facilidad), mientras que las hormigas voladoras tienen dos pares de alas de una longitud desigual pero más proporcionadas a su cuerpo.
• Las termitas, cuando están en la madera, son de color claro o blanco, casi traslúcido, no tienen alas y no se dejan ver con facilidad. Las hormigas son de un rojo más oscuro a negro y se dejan ver con facilidad.
Si algo has de tener claro es que en el caso de que sean termitas debes ponerte en manos de un profesional especializado. Intentar acabar con las termitas por tu cuenta puede ser un error fatal que, sin darte cuenta, provoque que el deterioro del edificio continúe de manera oculta y el daño sea irreparable. Confía en profesionales, pide un diagnóstico y un presupuesto de tratamiento de termitas para acabar con el problema, tu casa está en juego.